Al entrar en Uclés lo primero que os llamará la atención es el impresionante monasterio que domina la colina. Pero, antes de adentrarnos de lleno en la arquitectura del lugar vamos a conocer un poco de su historia.
Aunque estuvo poblada desde tiempos prerromanos tuvo gran importancia en tiempos de los árabes al formar parte de la Cota de Santaver, que era una de las divisiones territoriales en que estaba organizado el Califato de Córdoba. De esta época quedan los restos del Castillo y sus murallas.
En el año 1091, nos encontramos a dos personajes que conocimos en la entrada del Castillo de Almonacid. Se tratan de la hermosa reina mora Zaida y de Alfonso VI, el cuál adquiere como dote la villa de Uclés.
El 29 de Mayo de 1108 tuvo lugar en esta villa, la batalla de los Siete Condes, entre las tropas cristianas de Alfonso VI de León y los almorávides. El Rey no pudo acudir a la batalla convaleciente de una herida, así que al mando de las tropas fue su hijo, el infante Sancho Alfónsez, cuya madre era nuestra querida reina Zaida. El pobre heredero, que debía tener unos 13 o 14 años, falleció en la batalla a pesar de los esfuerzos de los Condes que lo acompañaban por protegerlo.
El 9 de Enero de 1174 Alfonso VIII cede la ciudad a la Orden de Santiago. Esta Orden, religiosa y militar tenía como objetivo principal proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y expulsar a los musulmanes de la Península Ibérica. El Gran Maestre de la Orden residía en el monasterio donde los aspirantes debían de pasar un año y un día de prueba.
A la muerte del último Maestre, Alonso de Cárdenas (1493) los Reyes Católicos solicitan al Papa ser administradores de la Orden, cargo que ejerció Fernando el Católico hasta 1516 cuando se unificaron las órdenes militares a la Corona.
El 13 de Enero de 1809 tuvo lugar la batalla de Uclés entre las tropas napoleónicas y españolas durante la Guerra de Independencia (conflicto bélico desde 1808 hasta 1814 que enfrentó a España, Reino Unido y Portugal contra el Imperio francés que pretendía instalar en el trono español a José Bonaparte, hermano de Napoleón). En esta contienda ganaron los franceses celebrando la victoria saqueando y destruyendo las casas del pueblo y el monasterio.
Ahora sí, nos adentraremos de lleno en el monumento más destacado de Uclés, su castillo-monasterio. Y utilizo esta palabra compuesta porque se sabe que el Castillo fue construido a finales del siglo IX siendo una importante e inexpugnable fortaleza musulmana. Pero en el año 1528 fue destruido parcialmente para construir el actual monasterio.
De las siete torres que se dice que tuvo el Castillo solo tres quedan en pie. La torre del Pontido, unida por un puentecillo a la torre del Palomar y la torre Albarrán, todas de planta cuadrada y de diferentes dimensiones. También queda parte de la muralla defensiva en zigzag.
El monasterio comienza a edificarse en 1529 y finaliza en 1735. Fue utilizado como colegio e internado, como noviciado y colegio de agustinos, como hospital provisional del Bando Republicano y como cárcel para presos políticos durante el régimen franquista. Actualmente, funciona una parte como colegio y seminario, y otra parte se destina al turismo.
La impresionante entrada al monasterio de estilo churrigueresco tiene multitud de elementos decorativos como leones, cruces o ángeles. Pero, por encima de todo destaca en la parte superior una imagen del Apóstol Santiago con una espada de hierro en la mano haciendo referencia a la Orden de Caballería de Santiago.
Desde el claustro, se accede al comedor de los monjes (Refectorio) que posee un maravilloso techo de estilo mudéjar.
También se puede visitar la iglesia que es de estilo herreriano construida por el arquitecto Francisco de Mora y la sacristía de estilo plateresco, utilizada hoy en día como capilla.
El Monasterio de Uclés es apodado "El Escorial de La Mancha" por las similitudes con el edificio madrileño.
Como dato curioso, saber que tanto el monasterio como los alrededores fueron utilizados para la película Los tres mosqueteros de Richard Lester (1973), Alatriste (2006) y para grabar capítulos de la serie televisiva Águila Roja o El Ministerio del Tiempo.
Abandonando el pueblo, a casi dos kilómetros del casco histórico se encuentra la Fuente Redonda. Es una laguna artificial de forma redondeada, construida con muros de sillería por los romanos.
Y como en Archeology World lo que verdaderamente nos interesa y nos apasiona es la arqueología, tenemos que informaros que existe una necrópolis romana cerca de la Fuente Redonda.
El hallazgo se produjo en el año 1875 de forma fortuita gracias a un labrador. Éste araba en la finca conocida como Haza del Arca cuando descubrió una vasija llena de cenizas. Al explorar el terreno, se descubrieron vasijas funerarias con tapa que contenían restos de cremación, además de diversos objetos y huesos que habían resistido al fuego.
Las investigaciones dieron como resultado la utilización de esta zona en dos fases diferenciadas, una en la Edad del Hierro y otra en Época Romana Altoimperial.
De la Edad de Hierro se localizaron objetos que eran considerados en la época como bienes de prestigio, tales como un olpe etrusco-itálico (jarro con asa alta), ponderales (pesas de metal con forma de vaso), parte de un arreo de caballo, broche de cinturón de tres garfios o fíbulas (pieza metálica para sujetar prenda de vestir) que remiten a un período entre finales del VI y principios del siglo III a.C..
De la Época Romana Altoimperial se localizaron objetos como una urna de vidrio en el interior de otra de plomo, ungüentarios de vidrio, algunas monedas y recipientes cerámicos. Se encuadra posiblemente en la primera mitad del siglo I d.C. entre Tiberio y Claudio.
Tras la excavación las diferentes piezas fueron enviadas a varios museos. Gran parte al Museo Arqueológico Nacional junto a piezas halladas en otra excavación cercana denominada de Cabeza del Griego, más conocida como Segóbriga. El problema es que muchas piezas se catalogaron mal ya que, a pesar de haber sido localizadas en Haza del Arca aparecen archivadas como procedentes de Cabeza del Griego.
Hoy en día las piezas desenterradas de Haza del Arca se encuentran dispersas entre el Museo Arqueológico Nacional, el Museo de Cuenca y el Museo Monográfico de Segóbriga, aunque lamentablemente algunas de ellas se han perdido.
Desde Archeology World deseamos que os haya gustado la visita al fascinante pueblo de Uclés y a su enigmático entorno y que creciera en vosotros la ilusión por visitarlo personalmente porque la verdad es que merece la pena. ¡Y mucho!.
Texto: Violeta Lopez
Fotos: Jiaaguero
Texto: Violeta Lopez
Fotos: Jiaaguero
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